sábado, 23 de noviembre de 2013

Porque Uno + Uno = Uno

No hace mucho a Ota le surgió un encargo muy especial: un par de sillas que sirviera de regalo de boda. ¡Y ya sabéis lo que eso quiere decir! Convertir un objeto cotidiano en algo más, en un cuento.

¿Y qué cuentos de amor conocía la pequeña? 
¿Cuando hablamos de amor hablamos de dos o de uno?
Mmmmm... Empezó a pensar en qué cosas conocía que se dieran la mano para que juntas cobraran sentido. 
Un huevo frito con patatas, ¡ñam!... Muy grasiento para una boda.
Un donut con leche. Pero si se te cae dentro de la leche salpica. Plof.
Un lápiz y el sacapuntas. No hay nada mejor que dibujar en un cuaderno nuevo con un lápiz bien afiladito pero hay que tener cuidado, ¡pincha!

Siguió dándole vueltas y más vueltas a la idea y se le hizo de noche... y empezó a tener frío. Así que buscó un par de calcetines para no pillar un constipado... y... ¡zas! Surgió la idea.


"Un buen par de calcetines no es algo corriente, ¡no! Más bien es algo excepcional. Parece que están en todas partes, que los hay de todos los colores, texturas y a distintos precios, pero no en todos entra el pie o nos pegan con los zapatos. Un par de calcetines es algo excepcional porque, a menudo, son rebeldes y aventureros y... juegan a separarse de su par y a perderse por cualquier rincón de la casa. Encontrar a un buen par de calcetines, que se lleve bien, es excepcional porque, como el amor, es cosa de dos. [...]".



El resto del cuento sólo lo conoce la pareja y para leerlo sus sillas tienen que estar muy juntitas.
¡Muchas felicidades!