Ota, así se llamaba nuestra protagonista. Puede parecer un nombre un poco absurdo pero si lo rimas con pelota, que bota, verás que es más especial de lo que a simple vista parece.
Lo cierto es que Ota amaba los cuentos, todos los cuentos, y por eso, cada vez que le llegaba un encargo... ¡zas! Sabía qué historia dedicar o con qué palabras adornar los rincones importantes: una silla, una pared, una mesa, un mantel... Objetos o espacio que hablan por sí mismos.
Y es que para Ota el mundo de las palabras era fundamental... Eran tan importantes que tenía un baúl lleno de ellas: tenía palabras grandes, pequeñas, palabrotas, palabras dulces y chistosas, de amor y de adiós...
Sí, era una coleccionista de palabras, sueños y almohadas.
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| PercherOta. |
Por eso, siempre que quieras saber en qué historia se inspiró una nueva creación vuelve aquí y averigua qué está leyendo Ota...




